El Maresme se ha ido quedando sin playa, también sin lo que representa esta circunstancia para la economía de la zona.
Los “progres ecologistas” alientan que no se construyan espigones ni se utilicen dragas para regenerar las playas, como se había hecho. Pronto también peligrarán las casas de primera línea de mar en las que viven esos progres. ¿Qué dirán entonces?
¿Renfe debería encargar la construcción de “trenes anfibios”, para garantizar el servicio de transporte en el Maresme? Aunque siempre nos quedará la Nacional II, que se “pacificará” y estará dedicada a la bicicletas y patinetes, que también deberán ser anfibios.
Fernando López Clarós