Quién lo iba a decir: los de ERC salían de favoritos y en cambio se enfrentan a la campaña más difícil. Es cierto que tienen a su cabeza de lista en prisión, Oriol Junqueras, cosa que no tendría que haber sucedido nunca.
Pero mientras éste permanece en el centro penitenciario de Estremera, el otro anda dando mítines por videoconferencia desde Bruselas. Y eso que había dicho que no se volvería a presentar. Palabra de Puigdemont.
También han cometido errores de bulto. Como que el propio Junqueras ungiera a Marta Rovira de sucesora aunque luego intentó rectificar. Ya se vio en el programa de Jordi Évole que la cosa no está para sucesiones. Los liderazgos políticos necesitan tiempo.
Por suerte, ahora pueden tirar de Raül Romeva y de Carles Mundó tras salir de la cárcel. No es que el exconsejero de Justicia esté habituado al tono mitinero -yo no le oído nunca levantar la voz- pero ha empezado a poner las cosas en su sitio: Puigdemont difícilmente podrá ser presidente y, desde luego, los diputados de ERC votaran al candidato de ERC. Sólo faltaría.
Sin embargo, entre unos y otros les están haciendo la pinza. Ciudadanos parece que va primero en las encuestas -no se fíen de las encuestas- y sienten también el aliento de JxCat en el cogote.
Deben verlo mal porque están entrando al trapo con Inés Arrimadas. Cuando optas por el cuerpo a cuerpo es que ya no te ves ganador.
Además, Marta Rovira tendrá el triste récord de haber sido la primera en utilizar el insulto en la campaña al acusar a Ciudadanos de decir “mentiras”.
Tarde o tremprano ocurren estas cosas porque una campaña siempre acaba calentándose. Pero deben estar muy nerviosos. Incluso han recurrido este domingo a Carme Forcadell en Badalona como gancho electoral.
Y, en el otro flanco, Puigdemont va segándoles la hierba bajo los pies. Una lista nacida de la noche a la mañana ya estaría sólo a uno o dos diputados cde un partido con 86 años de historia.
Los convergentes acostumbran a utilizar a ERC para que les saquen las castañas del fuego. Ya conté en un artículo anterior -con un titular algo crudo- que Mas los utilizó para no tenerse que ira casa en el 2015 en caso de quedar segundo.
La tregua en el campo soberanista ha tocado a su fin. No parece que los republicanos estén dispuestos a morder otra vez el miso anzuelo. O asumir siempre el papel de segundones.
Y yn último apunte: Esquerra está apelando al voto del miedo con la excusa que, si gana el unionismo, pueden romperse “consensos de país” como TV3 o la inmersión.
Es cierto. Pero cuando planteas la independencia con sólo mayoría absoluta los otros también podrán hacer lo que quieran en caso de superar los 68 escaños. Esto, perdonen el autobombo, también lo dije.