De las pocas batallas que ha ganado el proceso es la del lenguaje.
Hasta ahora parecía que también la de la justicia europea.
Porque que un expresidente fugado tuviera libertad de movimientos por la UE no es moco de pavo.
Pero parece que la cosa ha empezado a cambiar.
Por eso la palabra de moda ahora es “desjudicializar”
Como, tras la aplicación del 155, era “sit and talk”.
Los mismos que habían hecho un órdago al Estado pedían diálogo tras el batacazo.
Recuerdo que, durante el juicio en el Supremo, lo dijo un guardia civil que compareció como testigo. Cito de memoria: “siempre hablan de diálogo pero era referéndum o referéndum”.
En efecto, ¿qué es la "desjudicialización" de la política, que se ha puesto tan de moda?.
Pues lisa y llanamente una amnistía encubierta.
Encontrar una solución extrajudicial para todos los investigados del proceso.
La cifra no ha parado de crecer incluso aunque la cosa va de baja.
En la Diada del 2020 montaron un numerito en el Arco del Triunfo.
En teoría eran 2.850.
Creo que incluían hasta a los "mil heridos" del día del referéndum.
"Mil heridos" que, excepto algún caso flagrante, nadie vio. Ni siquiera TV3.
Pero ahora, según los últimos cálculos de Òmnium, ya son más de 4.000.
Hay que buscar una solución para ellos porque los de arriba se han ido de rositas.
Sí, han estado cuatro años en la cárcel y siguen inhabilitados pero ya están en la calle.
Ahora quedan los pringaos.
Aquellos de los que nadie se acuerda. Ni siquiera los periódicos: los exs.
Exaltos cargos, exdiputados, exacaldes. Algún activista de la CUP.
Pero la pregunta es: ¿montaron todo el proceso para acabar pidiendo la "desjudicialización"?
Porque, para eso, nos ahorramos todo el lío y ahora no la estarían pidiendo.
Con el agravante, además, de que el tiempo corre en contra suya.
Si Pedro Sánchez no gana las próximas elecciones -de momento lo tiene difícil pero conociendo el personaje no imposible- nadie se acordará de la "desjudicialización" con la actual oposición en el gobierno.
En el mejor de los casos con el PP con mayoría absoluta. Y, en el peor, PP-Vox.
Les quedan diez meses de infarto.