La prensa española -y la catalana- se empeña en decir que en Alemania hay “psicosis” por los últimos atentados terroristas. La opinión es casi unánime: yo lo he leído en portada este martes tanto en periódicos de centro-izquierda como El Periódico -eso sí: en letras bien grandes- como de centro-derecha como El Mundo.
Como TV3 que el lunes, en su canal informativo del 324, dijo que en Alemania van de “susto en susto” -“d’ensurt en ensurt” en la versión original-, que es una manera sutil de rebajar los hechos. Como los niños que, en la verbena de San Juan, tienen un susto con los petardos.
Pero no hay psicosis, es la pura realidad: el 18 de julio un refugiado agfano atacó con un hacha dentro de un tren, el domingo un sirio mató a una mujer embarazada -aquí no he oído a las feministas autóctonas decir nada- y el mismo día otro se inmoló cerca de un festival de música. El primer atentado suicida en Alemania. Entre uno y otro tenemos también el loco del McDonald’s -que no tenía nada de islamista- pero de locos com Andreas Breivik o Timoty McVeigh lamentablemente también los hay.
Recuerdo que, en el atentado con el hacha, dos periódicos aparentemente tan curtidos com La Vanguardia y El Periódico lo ventilaron con un despiece en páginas interiores. Había la excusa que había ocurrido tarde y quizás los de la sección de cierre tenían problemas -yo he trabajado en el cierre, sé lo que es- pero los de El País tuvieron al menos la honradez de darlo en portada y no ocultar que había sido un refugiado.
Eso sí, luego llevan un par de veces diciendo que los atentados “enturbian” el debate sobre la inmigración como si fuera culpa de los alemanes. También llevan dos días publicando una serie sobre los refugiados. Yo confieso que no la he leído pero supongo que debe ser sobre lo bien que se integran los refugiados sirios en Alemania. Para compensar.
La prensa española anda, pues, desorientada. Casi en estado de shock. Como cuando los disturbios raciales en Suecia en mayo del 2013. ¿Se acuerdan?. La tesis entonces era: ¿Cómo puede ser que en la idílica Suecia pasen estas cosas?. Pues muy sencillo porque en el suburbio cercano a Estocolmo en el que ocurrieron los hechos -con un 80% de inmigración- había dejado de ser sueco y los vecinos se liaron a tortazos con la policía.
En fin, el problema es que ahora los medios ya no tienen el monopolio de la información. Con las redes sociales, la prensa -sobre todo la más progre- va por un lado y la opinión pública -la auténtica, no la publicada- va por otro. Por esto están perdiendo lectores a mansalva. Creo que los únicos que todavía leemos periódicos somos los políticos y los periodistas. Unos para leer qué dicen de ellos, los otros para leer lo que han escrito. Pero con esto no se aguanta el mercado. Es que ni regalando paellas.
Pasa un poco como en Estados Unidos con Donald Trump: tiene todos los medios en contra pero de momento ya se ha cepillado a todos sus rivales e incluso al stablishment del Partido Republicano. Y como se descuiden se puede cepillar también a Hillary. Si es tan malo ¿cómo ha llegado hasta la nominación?. Increíblemente Trump encarna el cambio que Obama encarnó en el 2009. Bueno, sí, quizás es un populista de derechas pero aquí tenemos populismo de izquierdas y son tercera fuerza política en el Congreso. Incluso tienen la alcaldía de Barcelona.
En fin, como la cosa vaya a más en Alemania a Merkel puede costarle la carrera. La cancillera abrió las puertas de par en par a los refugiados. En mi opinión fue una cosa psicológica tras el incidente con una niña palestina -a la que hizo llorar delante de las cámaras de televisión- y la mala fama por la deuda griega donde la comparaban con Hitler. Hasta salía en los carteles con un bigotito estilo Adolfo. Supongo que también pesó su background familiar porque al fin y al cabo su familia procedía del Este.
Pero los grandes políticos -y Merkel hasta ahora lo había sido- no deberían dejarse influir por los medios de comunicación y mucho menos por los titulares. Y que conste que lo dice uno del gremio. Desde Ortega y Gasset, la opinión de las masas es muy voluble y puede cambiar en un santiamén. El día que aquí tengamos un atentado como en Alemania o empiecen a apuñalar gente por la calle -como en Israel- a ver qué dicen todos los sabiondos de la prensa.
Xavier Rius es director del digital catalán e-notícies