Ya está confirmado: Rufián es el nuevo Duran.
ERC ha aterrizado en la dura realidad. Por fin tienen los pies en el suelo. Ahora practican el peix al cove.
Yo no lo critique nunca. Porque la política es eso: negociación, diálogo, estira y afloja.
Pero ellos iba de valientes. Éstos eran los de “in-inde-indepèndencia”. Los de la declaración unilateral de independencia.
Lástima de no tener un día Sergi Sabrià delante en rueda de prensa.
"En 18 meses dejaré mi escaño para regresar a la República Catalana"
¿Te acuerdas, Gabriel? Era en el 2015. ¡Han pasado cinco años y ahí sigues!
Ahora dice que la política es “hablar, negociar, pactar”.
Ha descubierto la sopa de ajo.
Incluso ha justificado el sí a los Presupuestos por defender "los intereses del pueblo de Catalunya”.
Que ellos quieren estar “al lado de la gente”.
¿Pero eso no lo decía también Duran i Lleida?
Lo bueno es cuando le he preguntado qué diferencias hay entre él y Duran me ha contestado que ellos son los buenos.
“A mí no me consta que Duran sea republicano, nosotros sí”.
“A mí no me consta que Duran fuese independentista, nosotros sí".
"A mí no me consta que Duran fuese de izquierdas, nosotros sí”.
¡Ellos son los buenos!
Hay que ser republicano, indepe y de izquierdas.
Total, el resultado es el mismo.
Bueno luego, para arreglarlo ha añadido lo de la suite del Palace.
Pero no percibía tantos aires de superioridad desde el win-win de Mas. O el David contra Goliath. O el, “Carmeta, no en marxarà cap”. Así ha ido el proceso.
Por lo demás, la rueda de prensa de Aragonès & Rufián ha sido un ejercicio de malabarismo.
Como aquellos que se ponían en los semáforos antes de la pandemia.
La autodeterminación de Catalunya por una parte y el “estamos aquí para hacer política” por otra.
Lo bueno es que que ERC dice ahora sí a los Presupuestos por 2.300 millones.
Y que conste que yo también los aprobaría. Si Torra dice que no es que son buenos.
Pero en el 2006 votaron en contra del Estatut -Maragall tuvo que convocar elecciones anticipadas- porque consideraban que 3.500 millones no eran suficientes.
Bienvenidos al mundo real.
El título de un libro, por cierto, de Sandro Rosell.