Yo no me meto nunca en la vida interna de los partidos.
Y Miquel Iceta me parece un gran candidato. Con la cabeza bien amueblada, que se dice en estos casos.
Quizá le falta un poco de mala leche. Probablemente la que me sobra a mí.
En algunas sesiones de control ha perdonado.
Aunque tampoco es fácil hacer oposición en Catalunya cuando Pedro Sánchez necesita los votos de Esquerra en Madrid.
Si el PSOE hubiera preferido los votos de Ciudadanos a los de ERC y Bildu, el PSC lo tendría más fácil.
Dicho esto los socialistas catalanes han perdido una gran oportunidad. Otra.
Si hubiesen puesto a Salvador Illa de cabeza de lista en las próximas elecciones el tema central de la campaña habría sido la gestión del covid, no el proceso.
Además no tiene mala imagen. En la última encuesta del CEO hasta preguntaban por él y salía segundo en valoración por detrás de Junqueras.
Aunque, todo hay que decirlo, también suspendía. Pero quedaba por delante incluso de Puigdemont, uno de los mitos indepes, que sigue en Waterloo sin despeinarse.
Y lo más importante: El PSC habría roto así el marco mental del proceso.
Siempre les atenaza el qué dirán. Desde el caso Banca Catalana o la LOAPA.
Ya lo dijo Laura Borràs tras su victoria en las primarias de JxCat durante una entrevista en Rac1: no podemos dejar de hablar del proceso a pesar del covid.
"La covid -afirmó- nos ha mostrado que no podemos ceder ni un milímetro en nuestro independentismo".
Entre otras razones porque su gestión ha sido nefasta: desde los autónomos al 061.
La gente tiene ahora la cabeza en la pandemia, no en la independencia.
Era una oportunidad inmejorable.
Incluso Trump ha perdido por eso.
Y no la aprovecharán.
Lástima porque el ministro de Sanidad habría podido ejemplificar este cambio de paradigma. Algo se mueve debajo de nuestros pies.
Incluso en plan tándem: él primero, Iceta segundo. Policía bueno, policía malo.
Hasta habrían ensanchado los márgenes electorales del PSC. Illa podría haber recuperado mucho votante desencantado. Participó en aquella manifestación del 9 de octubre del 2017.
En caso de ganar Iceta sería un magnifíco conseller en cap.
Ahora, a lo más que pueden aspirar es a subir.
Tienen 17 escaños. Más no pueden bajar.
¿Cuántos subirán? ¿Cinco? ¿Seis? ¿Diez?
Dudo mucho que lleguen a los 42 de Maragall en el 2003. Que es a lo que aspiran: alcanzar al menos la cuarentena.
Difícilmente serán pues una alternativa de gobierno. Solos o con Esquerra, que siempre se ha negado.
Fue la gran victoria de Pujol: la creación del marco mental de la Catalunya del futuro.
Él podía gobernar solo. Incluso con mayoría absoluta.
Los otros tenían que ponerse de acuerdo tres partidos. Cuatro si contamos la prácticamente desaparecida EUiA.
Catalunya está condenada al bloqueo o a la inoperancia. A estas alturas ya no sé qué es peor.