Unidas Podemos tiene razón, hay que priorizar la vía diplomática para acabar con la guerra en Ucrania, ilegal, pero impuesta a todas luces a Rusia. La parlanchina ministra de asuntos exteriores de Alemania, Annalena Baerbok lo ha reconocido ante la Asamblea parlamentaria del Consejo de Europa: “Wir kämpfen einen Krieg gegen Russland” (“Libramos una guerra contra Rusia”).
El envío de tanques Leopard II alemanes, Challenger 2 británicos, Abrams M-1 norteamericanos y puede que también Leclerc franceses, complica mucho la situación, significa una escalada occidental del conflicto que enfurece a Putin porque pierde momentáneamente la iniciativa de la escalada bélica.
Los tanques, si llegan a tiempo, en número suficiente, con tripulaciones adiestradas, con la logística de carburante, municionamiento y repuestos asegurada, podrían parar una ofensiva rusa en primavera, parón que de ocurrir no haría más que prolongar la guerra.
Y Putin está haciendo lo posible para acabar esa “guerra” -que no es tal, que solo es una “operación especial”, lo tiene dicho hasta la saciedad- y para ello bombardea sistemáticamente las infraestructuras de electricidad, agua, gas y telefonía, además de edificios residenciales, puentes, carreteras, estaciones, silos, hospitales, escuelas, museos, pero no lo consigue muy a su pesar por más mísiles, drones y bombas que lanza y más cañoneo a las ciudades y pueblos que se ponen a tiro de sus ejércitos.
Fue un error enviar a Ucrania avanzados sistemas antibalísticos y artilleros occidentales -los Patriot y los Himars- sin ellos todos los mísiles, drones, bombas y proyectiles habrían alcanzado sus objetivos, y la paz estaría más cerca.
Unidas Podemos tiene razón, Putin puede tener una reacción imprevisible. Irritado por las dificultades que encuentra en Ucrania podría tomar graves decisiones para acelerar la devastación de Ucrania, necesaria para la paz, sin excluir el uso de armas de destrucción masiva.
Unidas Podemos tiene razón, no se presiona bastante a Zelenski para que se avenga a negociar la rendición de Ucrania. Las condiciones que aceptaría Putin son conocidas: reconocimiento por Ucrania y por la comunidad internacional de las anexiones de Crimea y Sebastopol en 2014, así como las recientes de Donetsk y Lugansk en el este y Jerson y Zaporiyia en el sur de Ucrania, más un gobierno en Kiev que no sea filonazi ni prooccidental y, por supuesto, nada de entrar en la OTAN ni de adhesión a la UE.
Lo mejor para tranquilizar a Putin sería que Occidente impusiera a Ucrania la vía Lukashenko - una Bielorrusia bis- en espera de la definitiva incorporación de ambos países artificiales a la Federación de Rusia.
Unidas Podemos tiene razón, la ampliación de la OTAN en 1999 a Hungría, Polonia y la República Checa, en 2004 a Bulgaria, Eslovaquia, Estonia, Letonia y Lituania y en 2009 a Rumania -la antigua zona de influencia soviética al completo- representa una amenaza para Rusia, puesto que el artículo 5 del Tratado de la Alianza Atlántica prevé que cualquier ataque armado -una “operación especial” bis- a uno de sus miembros será considerado un ataque dirigido a todos.
Eso equivale a una evidente e injusta limitación de la seguridad de Rusia, constreñida a permanecer confinada dentro de las fronteras de sus 17,1 millones de km2 de territorio.
Unidas Podemos tiene razón, el incremento del gasto militar de los miembros de la OTAN, para nada justificado, alarma sobremanera a Putin, cuya posición favorable al desarme es notoria, e inevitablemente Rusia se verá empujada a una nueva carrera armamentística.
Unidas Podemos tiene razón, la guerra de Ucrania es una salvajada de muertes y destrucción, no solo en el campo de batalla, los civiles ucranios sufren las espantosas consecuencias de los bombardeos de sus ciudades, a los que Putin se ve forzado para terminar cuanto antes con la resistencia inútil, absurda, de Ucrania, poder reanudar las beneficiosas exportaciones de petróleo, gas y carbón para la población de Rusia, ahora interrumpidas por culpa de las sanciones occidentales, y levantar el ilegal bloqueo, la confiscación incluso, de bienes y haberes en el extranjero de industriosos magnates rusos.
Putin puede confiar en Unidas Podemos, que es parte de la decadente pluralidad de Occidente y rescoldo dignísimo del apaciguamiento y el pacifismo, además de miembro activo del Movimiento Europeo por la Paz, en línea con aquellos movimientos por la paz que tanto sirvieron a la URSS.
Y Unidas Podemos debería hacer un último esfuerzo para convencer a Putin - ¡ánimo, ya falta poco! -, las coincidencias existen y los flecos por resolver no son excesivamente importantes.