Cuando Tarradellas tomó posesión de la presidencia de la Generalitat en el exilio (1954) el ministro de Exteriores de Francia le preguntó:
- “¿Qué piensa hacer desde aquí?”.
- “Haré de todo... ¡menos el ridículo!”.
La anécdota es verídica pero la contaba, con pelos y señales, hace años su hombre de confianza, Josep Maria Bricall en una Contra de La Vanguardia que deberían leer y releer una y otra vez los dirigentes del proceso.
Porque hasta ahora daban vergüenza e incluso, según se mire, pena.
Ahora ya hacen el ridículo.
Bueno, hace tiempo.
¿Pero cómo puede un partido ir a una cumbre y, al mismo tiempo, a la manifestación en contra?
¿Cómo se puede pretender que durante un saludo protocolario de 40 segundos, Pere Aragonès ha tenido tiempo de hablarle a Pedro Sánchez del proceso, la amnistía, el referéndum pactado, el catalán en al UE, el Corredor Mediterráno y la interconexión energética con Francia?
¿Cómo puede ser que el presidente de la Generalitat se vaya antes de que suene no ya el himno español sino incluso el francés?
No se veía semejante desplante desde que no fueron a la Seat para la presentación del coche eléctrico porque iba el Rey.
Luego tuvo que ir el conseller Torrent, dos meses después, expresamente.
Muy sencillo, porque todo era fake.
El proceso estaba cogido con pinzas desde el principio.
De hecho, Junqueras -que ha tenido que salir por patas, casi como Montilla en el 2010, y son los suyos- ha acabado hablando de la “democracia en el mundo”.
Xavier Antich, de Òmnium ha asegurado que “nos estamos peparando, rearmando, reorganizando para volverlo a hacer de manera efectiva”.
Con lo que le està dando la razón, de paso, a aquel mosso que dijo “la República no existe, idiota” y que fue sancionado por la propia Generalitat.
Él, no el agente rural que fue a una manifestación de uniforme y en horario de servicio. Luego les ganó en los tribunales. Como el menda que escribe esta columna.
La presidenta de la ANC, Dolors Feliu, ha criticado a Aragonès por dar “la bienvenida, la mano y hacerse la foto” con Pedro Sánchez.
Al menos en esto tiene razón: era la foto. Aragonès no sale ni el resumen fotográfico de La Moncloa.
Mientras que Toni Castellà, del Consell per la República, ha hablado de “estrategia conjunta” para alcanzar el "éxito". El mismo que era secretario de organización de Unió con Duran al frente.
No lo volverán a hacer.
Si no lo han hecho cinco años después del 2017 es que no hay ganas ni cojones.
Llevan un lustro marenado la perdiz. Mucho más, en realidad.
La otra opción es una independencia gratis total.
Pero esas no existen. Basta ver Ucrania.