Al final te das cuenta de que todo es postureo.
El ministro de la Presidencia y su homóloga de la Generalitat han celebrado una reunión en Palau sin móviles encima de la mesa. Como si fuera una película de James Bond.
¡Imaginen la confianza que se tienen entre ellos!
La consejera tampoco va este lunes a Madrid a un reunión con el COE por los Juegos de Invierno.
La consejera de Universidades, Gemma Geis, ya hizo lo mismo la semana pasada.
De momento son los dos resultados tangibles del Catalangate: haberse perdido dos reuniones oficiales.
En La Moncloa tiemblan.
No ir a reuniones sólo perjudica a los catalanes.
Torra también se hacía el remolón con la financiación e incluso con el covid.
Se agarran al catalangate porque es lo último que les queda.
Como la sentencia del 25% de castellano, que también se la están envainando.
!Incluso el citado Torra, que se hacía el valiente!
Desde luego espiar está mal, pero como ya dije en un artículo anterior: ¿qué esperaban?
¿Que el Estado se quedaría con los brazos cruzados?
Aquí supuestamente también se espió y dieron carpetazo al asunto de un día para otro.
Lo cierto es que, en Europa, el supuesto escándalo ha pasado desapercibido.
Entre Ucrania, Putin, el gas y los refugiados suficientes quebraderos de cabeza tiene la UE.
Hicieron una rueda de prensa en el Parlamento Europeo y no hubo ninguna pregunta de la prensa internacional.
Para responder a las cuestiones de TV3, Rac1 o Vilaweb -también preguntó la Ser- podían haberla hecho en Barcelona.
Además, va a ser una tormenta en un vaso de agua.
ERC amenazó con congelar las relaciones entre ambos gobiernos y hasta cargarse la legislatura.
Es lo peor que hay en política: ir de boquilla.
Como dijo Manuel Trallero el viernes: "¿qué van a congelar, las croquetas Findus?"
No amenaces si no estás dispuesto a cumplir la amenaza.
Al igual que esas huelgas de hambre que duran apenas dos días.
Sólo sirven para hacer el ridículo.
Ya lo dijo Gabriel Rufián hace unos meses: si el PP y Vox llegan a La Moncloa “nos irá mal a todos”.
Pues eso.
Aunque yo creo que es lo que quieren. Es la única manera de resucitar el proceso. Lo que pasa es que el PP y Vox no se andarán con chiquitas.
Otro 155 no durara seis meses.